“Un objetivo sin un plan es solo un deseo”, Saint Exupery.

Publicación: 2023-03-30

Corto, mediano y largo plazo en el mundo del ahorro.

En entregas anteriores hemos compartido con ustedes varios temas que nos parece importante recordar antes de meternos en el que hoy nos ocupa. La importancia de construir un fondo de emergencia para imprevistos, lograr generar un nuevo hábito: primero invertir y luego gastar; en definitiva… ahorrar, o sea, sacrificar nuestro placer presente para potenciar un futuro, actitud no muy promovida en estos tiempos en los que se invita a consumir hoy y pagar mañana.

Nadie puede discutir las bondades del ahorro, pero como muchas de las cosas buenas de la vida, es muy difícil lograr resultados sin un plan adecuado y sin disponer de las herramientas apropiadas. 

Nuestra experiencia nos indica que dicho plan debe ser personalizado: hay que considerar que lo que a uno le sirve no necesariamente es bueno para el otro; dicho en otras palabras, un plan a medida, no solo de los objetivos que la persona desee alcanzar, sino también de las herramientas y de la ayuda con que precise contar para cumplirlo. 

Ahora bien, definir los objetivos o sueños alcanzables que se desee lograr y estar comprometido a hacer el esfuerzo necesario constituyen el puntapié inicial. Si los objetivos no están alineados con el esfuerzo, hay que replantearse las cuestiones pertinentes hasta que se logren los fines propuestos.

Por lo general, es más fácil ahorrar para un objetivo a corto plazo (como comprarse una bicicleta, irse de vacaciones, etcétera), que para uno a mediano plazo (como cambiar el auto o mudarse). Y resulta aún más complicado comprometerse con el ahorro para objetivos a largo plazo, siendo los más usuales asegurar los estudios de los hijos o complementar los ingresos para el retiro. 

Como en los objetivos a corto plazo se ve la línea de llegada, es decir, el premio al esfuerzo, suele ser más sencillo mantener la conducta y alcanzarlos. En los objetivos a mediano plazo, por su parte, la línea de llegada aparece más difusa y las tentaciones a corto plazo suelen atentar para que nos demoremos en alcanzarlos. Esto obviamente se hace mucho más notable en los objetivos a largo plazo, en los que solemos tener la sensación de que hay mucho tiempo por delante para hacer los ajustes necesarios.

Un plan mal diseñado, o la falla en su implementación, debilitará el cumplimiento de las metas. Esto suele afectar mucho más a los objetivos a mediano y largo plazo que a los de corto. No irnos de vacaciones o demorar en cambiar el auto será sin duda un disgusto, pero no tener los ingresos necesarios para disfrutar de un retiro acorde a nuestra vida activa es algo que no nos podemos permitir. Para alcanzar un objetivo a largo plazo, como ser una jubilación digna, se comienza a construir hoy con el ahorro diario y se monitorea a lo largo de todo el camino.

Sin dudas, distribuir su capacidad de ahorro entre placer presente y futuro es su propia decisión; ayudarlo a calcular cuánto debería destinar para cumplir sus sueños, así como elegir las herramientas apropiadas y acompañarlo en el camino es nuestra pasión.

Por estos motivos, les proponemos depositar su confianza y su organización del futuro en nuestras manos, ya que es nuestra mayor misión hacer posible los sueños de nuestros clientes.

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